Veinte mil leguas de viaje submarino

Zwanzigtausend Meilen unter'm Meer

   Capítulo 18

   Achtzehntes Capitel.

   Los pulpos

   Riesenpolypen.

   Durante algunos días, el Nautilus se mantuvo constantemente apartado de la costa americana. Era evidente que su capitán quería evitar las aguas del golfo de México y del mar de las Antillas. No era por temor a que le faltase el agua bajo la quilla, pues la profundidad media de esos mares es de mil ochocientos metros, sino porque esos parajes, sembrados de islas y constantemente surcados por vapores, no convenían al capitán Nemo.

   Einige Tage lang entfernte sich der Nautilus beständig von der amerikanischen Küste. Offenbar wollte er nicht in dem mexikanischen Golf oder dem Meer der Antillen fahren. An Wassertiefe hätte es zwar dort nicht gemangelt, denn dieselbe beträgt durchschnittlich achtzehnhundert Meter; aber vermuthlich gefiel diese Gegend dem Kapitän Nemo deshalb nicht, weil sie mit Inseln besäet und beständig von Booten befahren sind.

   El 16 de abril avistamos la Martinica y la Guadalupe a una distancia de unas treinta millas. Vi por un instante sus elevados picos.

   Am 16. April bekamen wir Martinique und Guadeloupe, in einer Entfernung von etwa dreißig Meilen, in Sicht. Eine Weile konnte ich ihre hohen Spitzberge sehen.

   El canadiense, que esperaba poder realizar en el golfo sus proyectos de evasión, ya fuese poniendo pie en tierra ya en uno de los numerosos barcos que enlazan las islas, se sintió enormemente frustrado. La huida habría sido allí fácilmente practicable si Ned Land hubiera logrado apoderarse del bote sin que, se diera cuenta el capitán, pero en pleno océano había que renunciar a la idea.

   Der Canadier hatte darauf gerechnet, in dem Golf seine Pläne in Ausführung zu bringen, entweder, indem er an's Land kam oder in eins der zahlreichen Boote, welche beständig von einer Insel zur anderen fuhren; nun gerieth er in große Verlegenheit. Das Entrinnen wäre leicht gewesen, wenn es Ned-Land gelungen wäre, sich heimlich des Bootes zu bemächtigen. Aber in hoher See war nicht mehr daran zu denken.

   El canadiense, Conseil y yo mantuvimos una larga conversación al respecto. Llevábamos ya seis meses como prisioneros a bordo del Nautilus. Habíamos recorrido ya diecisiete mil leguas y no había razón, como decía Ned Land, para que eso no continuara indefinidamente. Me hizo entonces una proposición inesperada, la de plantear categóricamente al capitán Nemo esta cuestión: ¿es que pensaba retenernos indefinidamente abordo?

   Wir hatten, der Canadier, Conseil und ich, darüber eine lange Unterredung. Seit sechs Monaten waren wir Gefangene an Bord des Nautilus. Wir hatten siebenzehntausend Meilen zurück gelegt, und, wie Ned-Land sagte, man sah keinen Grund dafür, daß es ein Ende nehmen werde. Er machte mir daher einen Vorschlag, dessen ich mich nicht versehen hatte; nämlich, an den Kapitän Nemo kategorisch die Frage zu richten, ob er im Sinne habe, uns ewig an seinem Bord fest zu halten?

   Me repugnaba la sola idea de efectuar esa gestión, que, además, yo consideraba inútil de antemano. No había nada que esperar del comandante del Nautilus, debíamos contar exclusivamente con nosotros mismos. Por otra parte, desde hacía algún tiempo, ese hombre se había tornado más sombrío, más retraído, menos sociable. Parecía evitarme. Ya no me lo encontraba sino muy raras veces. Antes, se complacía en explicarme las maravillas submarinas; ahora, me abandonaba a mis estudios y no venía al salón.

   Ein solcher Schritt mißfiel mir. Meiner Ansicht nach konnte er nicht zum Ziele führen. Man durfte nichts vom Commandanten des Nautilus hoffen; alles nur von uns selbst. Uebrigens wurde dieser Mann seit einiger Zeit düsterer, zurückgezogener, weniger gesellig. Er schien mich zu meiden; ich sah ihn nur in seltenen Fällen. Sonst machte es ihm Vergnügen, mir die unterseeischen Wunder auseinander zu setzen; jetzt überließ er mich meinen Studien, und kam nicht mehr in den Salon.

   ¿Qué cambio se había producido en él? ¿Por qué causa? No tenía yo nada que reprocharme. ¿Tal vez se le hacía insoportable nuestra presencia a bordo? Pero aunque así fuera, no cabía esperar de él que nos devolviera la libertad.

   Welche Veränderung war mit ihm vorgegangen? Weshalb? Ich hatte mir nichts vorzuwerfen. Vielleicht war ihm unsere Anwesenheit an Bord lästig? Jedoch konnte ich nicht hoffen, daß er fähig sei, uns die Freiheit wieder zu geben.

   Rogué, pues, a Ned que me dejara reflexionar antes de actuar. Si la gestión no daba ningún resultado, podía reavivar sus sospechas, hacer más penosa nuestra situación y dificultar los proyectos del canadiense.

En modo alguno podía yo aducir razones de salud, pues si se exceptúa la ruda prueba sufrida bajo la banca del Polo Sur, jamás nos habíamos hallado mejor cualquiera de los tres. La sana alimentación, la atmósfera salubre, la regularidad de nuestra existencia, la uniformidad de la temperatura no daban juego a las enfermedades.

Yo podía comprender esa forma de existencia para un hombre en quien los recuerdos de la tierra no suscitaban la más mínima nostalgia, para un capitán Nemo que allí se sentía en su casa, que iba a donde quería, que por vías misteriosas para otros pero no para él, marchaba hacia su objetivo. Pero nosotros no habíamos roto con la humanidad. Y en lo que a mí concernía, no quería yo sepultar conmigo mis nuevos y curiosos estudios. Tenía yo el derecho de escribir el verdadero libro del mar, y antes o después, más bien antes, quería yo que ese libro pudiera ver la luz.

   Ich bat daher Ned, mich überlegen zu lassen, bevor wir handelten. Wenn dieser Schritt keinen Erfolg hatte; so konnte derselbe seinen Argwohn wieder beleben, unsere Lage peinlicher machen, und den Projecten des Canadiers schaden. Ich fügte bei, daß wir uns in Beziehung auf unsere Gesundheit nicht im mindesten zu beschweren hatten. Ausgenommen das harte Probestück der Eisdecke des Südpols hatten wir uns niemals besser befunden, weder Ned, noch Conseil, noch ich. Diese gesunde Nahrung, diese zuträgliche Atmosphäre ließen Krankheiten nicht aufkommen, und für einen Mann, dem die Erinnerung an das Land nichts vermissen ließ, für einen Kapitän Nemo, der hier seine Heimat hat, hingeht, wohin er will, der auf Wegen, welche für andere, nicht für ihn selbst, geheimnißvoll sind, auf sein Ziel zuschreitet, war mir eine solche Existenz begreiflich. Aber wir hatten mit der Menschheit nicht gebrochen. Ich meines Theils wollte nicht meine so merkwürdigen und so neuen Studien mit mir in's Grab nehmen. Jetzt war ich berechtigt, das wahre Buch über das Meer zu schreiben, und ich wünschte, daß dieses Buch lieber früher wie später erschiene.

   Allí mismo, en aguas de las Antillas, a diez metros de profundidad, ¡cuántas cosas interesantes pude registrar en mis notas cotidianas! Entre otros zoófitos, las galeras, conocidas con el nombre de fisalias pelágicas, unas gruesas vejigas oblongas con reflejos nacarados, tendiendo sus membranas al viento y dejando flotar sus tentáculos azules como hüos de seda, encantadoras medusas para la vista y verdaderas ortigas para el tacto, con el líquido corrosivo que destilan. Entre los articulados, vi unos anélidos de un metro de largo, armados de una trompa rosa y provistos de mil setecientos órganos locomotores, que serpenteaban bajo el agua exhalando al paso todos los colores del espectro solar. Entre los peces, rayas molubars, enormes cartilaginosos de diez pies de largo y seiscientas libras de peso, con la aleta pectoral triangular y el centro del dorso abombado, con los ojos fijados a las extremidades de la parte anterior de la cabeza, y que se aplicaban a veces como una opaca contraventana sobre nuestros cristales. Había también balistes americanos para los que la naturaleza sólo ha combinado el blanco y el negro. Y gobios plumeros, alargados y carnosos, con aletas amarillas, y mandíbula prominente. Y escómbridos de dieciséis decímetros, de dientes cortos y agudos, cubiertos de pequeñas escamas, pertenecientes a la familia de las albacoras. Por bandadas aparecían de vez en cuando salmonetes surcados por rayas doradas de la cabeza a la cola, agitando sus resplandecientes aletas, verdaderas obras maestras de joyeria, peces en otro tiempo consagrados a Diana, particularmente buscados por los ricos romanos y de los que el proverbio decía que «no los come quien los coge». También unos pomacantos dorados, ornados de unas fajas de color esmeralda, vestidos de seda y de terciopelo, pasaron ante nuestros ojos como grandes señores del Veronese. Esparos con espolón se eclipsaban bajo su rápida aleta torácica. Los clupeinos, de quince pulgadas, se envolvían en sus resplandores fosforescentes. Los múgiles batían el mar con sus gruesas colas carnosas. Rojos corégonos parecían segar las olas con su afilada aleta pectoral y peces luna plateados dignos de su nombre se levantaban sobre el agua como otras tantas lunas con reflejos blancos.

   Auch hier, in diesen Gewässern der Antillen, zehn Meter unterhalb des Meeresspiegels, wenn ich durch die geöffneten Fenster sah, welche interessante Producte hatte ich in meinem Tagebuch zu verzeichnen! Unter anderen Zoophyten waren da die bekannten Galeerenquallen, große, längliche Blasen mit Perlmutterglanz, mit blauen Fühlfäden, die gleich Seidenfäden herabhängend wallten; reizende Medusen zum Anschauen, wahre Nesseln beim Anfühlen, indem sie eine ätzende Flüssigkeit träufeln ließen. Unter den Gliederthieren Ringwürmer von anderthalb Meter Länge mit rosenfarbigem Rüssel und siebenzehnhundert Fortbewegungsorganen, schlängelten sich unter'm Wasser, und warfen beim Vorbeifahren alle Strahlen des Sonnenspectrums. Unter den Fischen waren Rochen, zehn Fuß lang und sechshundert Pfund schwer, die bisweilen gleich einem dunkeln Laden unsere Fenster deckten, sechzehn Decimeter große Skomber, zur Gattung der großen Makrelen gehörig. Sodann in großen Schwärmen Meerbarben mit goldenen Streifen vom Kopf bis zum Schwanz, wahre Juwelen, die schon von den römischen Damen besonders gesucht waren; endlich Stacheldeckel, mit smaragdenen Schnüren, in Sammt und Seide gehüllt, zogen vor unseren Blicken gleich stattlichen Herren; silberfarbige Mondfische stiegen am Horizont der Gewässer auf, gleich Monden im Silberschein ihres blassen Lichtes.

   ¡Cuántos nuevos y maravillosos especímenes habría podido observar aún si el Nautilus no se hubiese adentrado más y más en las capas profundas! Sus planos inclinados le llevaron hasta fondos de dos mil y tres mil quinientos metros. Allí la vida animal estaba ya sólo representada por las encrinas, estrellas de mar, magníficos pentacrinos con cabeza de medusa, cuyos tallos rectos soportaban un pequeño cáliz; trocos, neritias sanguinolentas, fisurelas y grandes moluscos litorales.

   Wie manche wunderhafte Musterstücke hätte ich noch beobachten können, wäre nicht der Nautilus allgemach in tiefere Schichten hinabgegangen, bis zu zweitausend und dreitausendfünfhundert Meter, wo das Thierleben nur noch durch Seesterne, reizende Medusenhäupter, Blutzähne und große Ufermollusken repräsentirt war.

   El 20 de abril nos mantuvimos a una profundidad media de mil quinientos metros. Las tierras más próximas eran las del archipiélago de las Lucayas, islas diseminadas como un montón de adoquines en la superficie del mar. Se elevaban allí altos acantilados submarinos, murallas rectas formadas por bloques desgastados dispuestos en largas hiladas, entre los que se abrían profundos agujeros negros que nuestros rayos eléctricos no conseguían iluminar hasta el fondo.

   Am 20. April waren wir wieder zu einer Höhe von durchschnittlich fünfzehnhundert Fuß aufgestiegen. Das nächste Land war damals der Archipel der Lucayschen Inseln, die an der Meeresfläche wie ein Haufen Pflastersteine liegen. Steile Felsen ragten da hoch unter dem Meere empor, grad anstrebende Mauern aus angefressenen Steinblöcken in mächtigen Schichten aufgebaut, dazwischen schwarze, dunkle Löcher, wohin unsere elektrischen Strahlen nicht durchdringen konnten.

   Esas rocas estaban tapizadas de grandes hierbas, de laminarias gigantescas, de fucos enormes. Era una verdadera espaldera de hidrófitos digna de un mundo de titanes.

   Diese Felsen waren mit starkem Gebüsch überzogen, riesenhafte Laminarien und Seetang, ein wahres Spalier von Wasserpflanzen, einer Riesenwelt entsprechend.

   Estas plantas colosales nos llevaron naturalmente a Conseil, a Ned y a mí a hablar de los animales gigantescos del mar, pues aquéllas están evidentemente destinadas a alimentar a éstos. Sin embargo, a través de los cristales del Nautilus, entonces casi inmóvil, no vi sobre los largos filamentos de esas plantas otras variedades que los principales articulados de la división de los braquiuros, lambros de largas patas, canizreios violáceos v clíos vrovios del mar de las Antillas.

   Die kolossalen Pflanzen führten uns, Conseil, Ned und mich, im Gespräch auf die Riesenthiere des Meeres.

   Era alrededor de las once cuando Ned Land atrajo mi atención sobre un formidable hormigueo que se producía a través de las grandes algas.

   Etwa um elf Uhr machte mich Ned-Land auf ein fürchterliches Wimmeln in den großen Tangmassen aufmerksam.

   -Son verdaderas cavernas de pulpos -dije -y no me extrañaría ver a algunos de esos monstruos.

   »Nun, sagte ich, da sind ja die wahren Polypenhöhlen, und es würde mich nicht eben wundern, wenn wir einige dieser Ungeheuer zu sehen bekämen.

   -¿Qué? ¿Calamares? ¿Simples calamares, de la clase de los cefalópodos? -dijo Conseil.

   – Wie? sagte Conseil, Kalmar, bloße Kalmar, von der Classe der Kopffüßler?

   -No, pulpos de grandes dimensiones. Pero el amigo Land ha debido equivocarse, pues yo no veo nada -añadí.

   – Nein, sagte ich, Meerpolypen von riesenhafter Größe. Freund Ned hat sich ohne Zweifel geirrt, denn ich sehe nichts.

   -Lo siento -dijo Conseil-, pues me gustaría mucho ver cara a cara a uno de esos pulpos de los que tanto he oído hablar y que pueden llevarse a los barcos hasta el fondo del abismo. A esas bestias les llaman kra…

   – Das thut mir leid, versetzte Conseil. Ich möchte gerne so einem Ungeheuer in's Angesicht schauen, von denen ich so viel reden hörte, und die ja selber Schiffe in den Abgrund ziehen können. Diese Ungethüme, man heißt sie Krak ...

   -Cra-… cuentos chinos querrá decir -le interrumpió el canadiense, irónicamente.

   – Krach genügt schon, sagte der Canadier ironisch.

   -Krakens -prosiguió Conseil, acabando su frase sin preocuparse de la broma de su compañero.

   – Krakens, entgegnete Conseil, ohne sich um die Scherze seines Kameraden zu kümmern.

   -Jamás se me hará creer que existen tales animales.

   – Es wird mich nie Jemand davon überzeugen, sagte Ned-Land, daß es solche Thiere giebt.

   -¿Por qué no? -respondió Conseil-. Nosotros llegamos a creer en el narval del señor.

   – Warum nicht? erwiderte Conseil. Wir haben ja auch an den Narwal meines Herrn geglaubt.

   -Y nos equivocamos, Conseil.

   – Und wir haben nicht Recht gehabt, Conseil.

   -Sin duda, pero los demás siguen creyendo en él.

   – Allerdings! Aber andere glauben gewiß noch daran.

   -Es probable, Conseil, pero lo que es yo no admitiré la existencia de esos monstruos hasta que los haya disecado con mis propias manos.

   – Vermuthlich, Conseil, aber ich für meinen Theil gebe ganz entschieden die Existenz solcher Ungeheuer nicht eher zu, als bis ich sie eigenhändig zerlegt habe.

   -Así que el señor ¿tampoco cree en los pulpos gigantescos?

   – Also, fragte mich Conseil, glaubt mein Herr nicht an die Riesenpolypen?

   -¿Y quién diablos ha creído en ellos? -dijo el canadiense.

   – Wer den Teufel hat je daran geglaubt? rief der Canadier.

   -Mucha gente, Ned.

   – Gar manche Leute, Freund Ned.

   -No serán pescadores. Los sabios, tal vez.

   – Keine Fischer. Gelehrte, vielleicht!

   -Perdón, Ned. Pescadores y sabios.

   – Entschuldigen Sie, Ned. Fischer und Gelehrte!

   -Pues yo -dijo Conseil en un tono de absoluta seriedadme acuerdo perfectamente de haber visto una gran embarcación arrastrada al fondo del mar por los brazos de un cefalópodo.

   – Aber ich, sagte Conseil mit der ernstesten Miene von der Welt, erinnere mich wohl gesehen zu haben, wie ein großes Fahrzeug von den Armen eines Kopffüßlers unter's Wasser hinab gezogen wurde.

   -¿Usted vio eso?

   – Sie haben das gesehen? fragte der Canadier.

   -Sí, Ned.

   – Ja, Ned.

   -¿Con sus propios ojos?

   – Mit eigenen Augen?

   -Con mis propios ojos.

   – Mit meinen eigenen Augen.

   -¿Y dónde, por favor?

   – Wo, wenn's beliebt?

   -En Saint Malo -afirmó imperturbablemente Conseil.

   – Zu St. Malo, erwiderte Conseil, ohne sich irre machen zu lassen.

   -¡Ah! ¿En el puerto? -preguntó Ned Land irónicamente.

   – Im Hafen? fragte Ned-Land ironisch.

   -No, en una iglesia.

   – Nein, in einer Kirche, erwiderte Conseil.

   -¡En una iglesia!

   – In einer Kirche! schrie der Canadier.

   -Sí, amigo Ned. Era un cuadro que representaba al pulpo en cuestión.

   – Ja, Freund Ned. Ein Gemälde stellte den fraglichen Polypen dar.

   -¡Ah! ¡Vaya! -exclamó Ned Land, rompiendo a reír-. El señor Conseil me estaba tomando el pelo.

   – Gut! sagte Ned-Land mit hellem Lachen. Herr Conseil hat mich zum Besten.

   -De hecho, tiene razón -intervine yo-. He oído hablar de ese cuadro, pero el tema que representa está sacado de una leyenda, y ya sabéis lo que hay que pensar de las leyendas en materia de Historia Natural. Además, cuando se trata de monstruos, la imaginación no conoce límites.

   – Wirklich, er hat Recht, sagte ich. Ich habe von diesem Gemälde reden hören; aber der dargestellte Gegenstand ist aus einer Legende genommen, und Sie wissen, was von Legenden in Hinsicht auf Naturgeschichte zu halten ist!

   No solamente se ha pretendido que esos pulpos podían llevarse a los barcos, sino que incluso un tal Olaus Magnus habló de un cefalópodo, de una milla de largo, que se parecía más a una isla que a un animal. Se cuenta también que el obispo de Nidros elevó un día un altar sobre una inmensa roca. Terminada su misa, la roca se puso en marcha y regresó al mar. La roca era un pulpo.

   -¿Y eso es todo? -preguntó el canadiense.

   -No. Otro obispo, Pontoppidan de Berghem, habla igualmente de un pulpo sobre el que podía maniobrar un regimiento de caballería.

   -Pues sí que estaban bien de la cabeza los obispos de antes -dijo Ned Land.

   -En fin, los naturalistas de la antigüedad citan monstruos cuya boca parecía un golfo y que eran demasiado grandes para poder pasar por el estrecho de Gibraltar.

   -¡Vaya, hombre! -dijo el canadiense.

   -¿Y qué puede haber de cierto en todos esos relatos? -preguntó Conseil.

   – Aber was ist denn Wahres an den Wundergeschichten? fragte Conseil.

   -Nada, nada en todo cuanto pasa de los límites de la verosimilitud para desbordarse en la fábula o la leyenda. No obstante, la imaginación de los que cuentan estas historias requiere si no una causa, al menos un pretexto. No puede negarse que existen pulpos y calamares de gran tamaño, aunque inferior sin embargo al de los cetáceos. Aristóteles comprobó las dimensiones de un calamar que medía tres metros diez. Nuestros pescadores ven con frecuencia piezas de una longitud superior a un metro ochenta. Los museos de Trieste y de Montpellier conservan esqueletos de pulpos que miden dos metros. Además, según el cálculo de los naturalistas, uno de estos animales, de seis pies de largo, debería tener tentáculos de veintisiete metros, lo que basta y sobra pará hacer de ellos unos monstruos formidables.

   – Nichts meine Freunde, wenigstens nichts über die Grenzen der Wahrscheinlichkeit hinaus, um bis zur Fabel oder Legende gesteigert zu werden. Ja, doch für die Einbildungskraft der Erzähler bedarf es, wo nicht einer Ursache, doch eines Vorwandes. Unleugbar giebt's Polypen und Kalmar von riesenhafter Größe; doch sind sie immer nicht so groß als Wallfische. Unsere Fischer sehen deren häufig, welche fast zwei Meter lang sind. Die Museen zu Triest und Montpellier haben zwei Meter große Skelette von Polypen. Uebrigens hat ein solches Thier, das nur sechs Fuß groß ist, Fühlfäden von siebenundzwanzig Fuß Länge. Und das reicht schon hin, um ein furchtbares Ungeheuer daraus zu machen.

   -¿Se pescan de esta clase en nuestros días? -preguntó Conseil.

   – Fischt man sie noch heutiges Tages? fragte der Canadier.

   -Si no se pescan, los marinos los ven, al menos. Uno de mis amigos, el capitán Paul Bos, del Havre, me ha afirmado a menudo que él había encontrado uno de esos monstruos de tamaño colosal en los mares de la India. Pero el hecho más asombroso, que no permite ya negar la existencia de estos animales gigantescos, se produjo hace unos años, en 1861.

   – Wenn die Seeleute sie nicht fischen, so sehen sie doch solche. Einer meiner Freunde, der Kapitän Paul Bos zu Havre, hat mir oft versichert, er habe in den Indischen Meeren ein solches Ungeheuer von kolossaler Größe gesehen. Aber eine Thatsache zum Erstaunen, die keinen Zweifel mehr über die Existenz dieser Riesenthiere läßt, ist vor einigen Jahren, 1861, vorgefallen.

   -¿Qué hecho es ése? -preguntó Ned Land.

   – Was für eine Thatsache? fragte Ned-Land.

   -A ello voy. En 1861, al nordeste de Tenerife, poco más o menos a la latitud en la que ahora nos hallamos, la tripulación del Alecton vio un monstruoso calamar. El comandante Bouguer se acercó al animal y lo atacó a golpes de arpón y a tiros de fusil, sin gran eficacia, pues balas y arpones atravesaban sus carnes blandas como si fuera una gelatina sin consistencia. Tras varias infructuosas tentativas, la tripulación logró pasar un nudo corredizo alrededor del cuerpo del molusco. El nudo resbaló hasta las aletas caudales y se paró allí. Se trató entonces de izar al monstruo a bordo, pero su peso era tan considerable que se separó de la cola bajo la tracción de la cuerda y, privado de este ornamento, desapareció bajo el agua.

   – Ich will die Begebenheit erzählen. Im Jahre 1861 bemerkte die Mannschaft des Avisoschiffes Alecton nordöstlich von Teneriffa ungefähr unter dem Breitegrade, wo wir uns jetzt befinden, ein Ungeheuer von Kalmar, das in diesen Gewässern schwamm. Der Commandant Bouguer näherte sich dem Thiere, griff es mit der Harpune und der Flinte an, ohne großen Erfolg, denn Kugel und Harpune drangen durch das Fleisch hindurch, das weich wie eine Gallerte ohne festen Kern ist. Nach mehreren fruchtlosen Versuchen gelang es den Leuten, eine Schlinge um den Körper der Molluske zu werfen. Diese Schlinge glitt bis zu den Schwanzflossen, wo sie festhielt. Darauf versuchte man das Thier an Bord zu ziehen, aber sein Gewicht war so bedeutend, daß es beim Hinausziehen seinen Schwanz im Stiche ließ, und ohne diese Zierde in den Wogen verschwand.

   -Bien, ése sí es un hecho -manifestó Ned Land.

   – Das ist doch endlich eine Thatsache, sagte Ned-Land.

   -Un hecho indiscutible, mi buen Ned. Se ha propuesto llamar a ese pulpo «calamar de Bouguer».

   – Eine unbestreitbare Thatsache, wackerer Ned. Man hat auch vorgeschlagen, diese Polypen ›Kalmar Bouguer‹ zu nennen.

   -¿Y cuál era su longitud? -preguntó el canadiense.

   – Und wie groß war das Thier? fragte der Canadier.

   -¿No medía unos seis metros? -dijo Conseil, que, apostado ante el cristal, examinaba de nuevo las anfractuosidades del acantilado submarino.

   – Maß es nicht etwa sechs Meter? sagte Conseil, der am Fenster stehend, wiederholt die Spalten der Küstenwand besah.

   -Precisamente -respondí.

   – Gerade soviel, erwiderte ich.

   -¿No tenía la cabeza -prosiguió Conseil coronada de ocho tentáculos que se agitaban en el agua como una nidada de serpientes?

   – Waren nicht an seinem Kopf, fuhr Conseil fort, acht Fühlfäden, die sich wie eine Brut Schlangen über dem Wasser bewegten?

   -Precisamente.

   – Gerade so.

   -¿Los ojos eran enormes?

   – Waren nicht seine vorstehenden Augen von ansehnlicher Größe?

   -Sí, Conseil.

   – Ja, Conseil.

   -¿Y no era su boca un verdadero pico de loro, pero un pico formidable?

   – Glich nicht sein Maul einem Papageischnabel, aber einem furchtbaren?

   -En efecto, Conseil.

   – Wirklich, Conseil.

   -Pues bien, créame el señor, si no es el calamar de Bouguer éste es, al menos, uno de sus hermanos.

   – Nun denn! wenn's meinem Herrn beliebt, versetzte ruhig Conseil, ist das nicht der Kalmar Bouguer, so ist's doch ein Bruder desselben.«

   Miré a Conseil, mientras Ned Land se precipitaba hacia el cristal.

   Ich sah Conseil an. Ned-Land stürzte an's Fenster.

   -¡Qué espantoso animal! -exclamó.

   »Das fürchterliche Thier!« rief er aus.

   Miré a mi vez, y no pude reprimir un gesto de repulsión. Ante mis ojos se agitaba un monstruo horrible, digno de figurar en las leyendas teratológicas.

   Ich sah ebenfalls hin, und konnte mich einer Bewegung des Widerwillens nicht erwehren. Vor meinen Augen bewegte sich ein gräßliches Ungeheuer, das einen Platz in den Wunderlegenden verdiente.

   Era un calamar de colosales dimensiones, de ocho metros de largo, que marchaba hacia atrás con gran rapidez, en dirección del Nautilus. Tenía unos enormes ojos fijos de tonos glaucos. Sus ocho brazos, o por mejor decir sus ocho pies, implantados en la cabeza, lo que les ha valido a estos animales el nombre de cefalópodos, tenían una longitud doble que la del cuerpo y se retorcían como la cabellera de las Furias. Se veían claramente las doscientas cincuenta ventosas dispuestas sobre la faz interna de los tentáculos bajo forma de cápsulas semiesféricas. De vez en cuando el animal aplicaba sus ventosas al cristal del salón haciendo en él el vacío. La boca del monstruo -un pico córneo como el de un loro -se abría y cerraba verticalmente. Su lengua, también de sustancia córnea armada de varias hileras de agudos dientes, salía agitada de esa verdadera cizalla. ¡Qué fantasía de la naturaleza un pico de pájaro en un molusco! Su cuerpo, fusiforme e hinchado en su parte media, formaba una masa carnosa que debía pesar de veinte a veinticinco mil kilos. Su color inconstante, cambiante con una extrema rapidez según la irritación del animal, pasaba sucesivamente del gris lívido al marrón rojizo.

   Es war ein Kalmar von kolossaler Größe, acht Meter lang. Derselbe bewegte sich äußerst schnell rückwärts nach dem Nautilus zu, mit starrem Blick aus enorm großen Augen von graugrüner Farbe. Seine acht Arme, oder vielmehr Füße, befanden sich am Kopfe – weshalb man dieser Gattung Thiere den Namen Kopffüßler giebt – waren von doppelter Größe, wie der Leib, und ringelten sich gleich den Schlangen am Haupt der Furien. Deutlich konnte man zweihundert schröpfkopfartige Warzen erkennen, welche an der inneren Fläche der Fühlarme in Form von halbrunden Kapseln saßen. Diese legten sich mitunter am Fensterglas an, so daß sie einen luftleeren Raum bildeten. Das Maul des Ungeheuers, – ein hornerner Schnabel von Gestalt wie der eines Papageies – öffnete und schloß sich vertical, wie eine Blechscheere. Aus dieser streckte es zischend eine Zunge von Hornsubstanz, welche ebenfalls mit mehreren Reihen spitzer Zähne besetzt war. Wie phantastisch! Eine Molluske mit Vogelschnabel! Sein spindelförmiger, in der Mitte aufgedunsener Leib bildete eine fleischige Masse, welche zwanzig- bis fünfundzwanzigtausend Kilogramm wiegen mußte. Die Farbe des Thieres blieb sich nicht gleich, wechselte äußerst schnell, wenn es gereizt war, wobei sie von Grauschwarzblau in's Braunröthliche überging.

   ¿Qué era lo que irritaba al molusco? Sin duda alguna, la sola presencia del Nautilus, más formidable que él, sobre el que no podían hacer presa sus brazos succionantes ni sus mandíbulas. Y, sin embargo, ¡qué monstruos estos pulpos, qué vitalidad les ha dado el Creador, qué vigor el de sus movimientos gracias a los tres corazones que poseen!

   Worüber gerieth die Molluske in Zorn? Ohne Zweifel über die Anwesenheit dieses Nautilus, der stärker war, und dem seine saugenden Arme oder seine Kinnladen nichts anhaben konnten. Und doch, was für Ungeheuer sind diese Polypen, welche Lebenskraft hat der Schöpfer ihnen zugetheilt, welche Kraft in den Bewegungen, denn sie sind im Besitz von drei Herzen.

   El azar nos había puesto en presencia de ese calamar y no quise perder la ocasión de estudiar detenidamente ese espécimen de los cefalópodos. Conseguí dominar el horror que me inspiraba su aspecto y comencé a dibujarlo.

   Der Zufall hatte mich mit diesem Kalmar in Berührung gebracht, und ich wollte nicht die Gelegenheit vorüber lassen, dieses Musterstück von Kopffüßlern sorgfältig zu studiren. Ich überwand den widerwilligen Ekel, welchen mir sein Anblick erregte, ergriff einen Bleistift und fing an es abzuzeichnen.

   -Quizá sea el mismo que el del Alecton dijo Conseil.

   »Es ist vielleicht das nämliche Thier des Alecton, sagte Conseil.

   -No -respondió el canadiense-, porque éste está entero y aquél perdió la cola.

   – Nein, erwiderte der Canadier, denn jenes hat seinen Schwanz verloren, und dieses ist damit noch versehen!

   -No es una prueba -dije-, porque los brazos y la cola de estos animales se reforman y vuelven a crecer, y desde hace siete años la cola del calamar de Bouguer ha tenido tiempo para reconstituirse.

   – Das gäbe keinen Grund ab, entgegnete ich, Arme und Schwanz erneuern sich bei diesen Thieren, und seit sieben Jahren hatte der Schwanz des Kalmar Bouguer wohl Zeit nachzuwachsen.

   -Bueno -dijo Ned-, pues si no es éste tal vez lo sea uno de ésos.

   – Uebrigens, versetzte Ned, ist's nicht der nämliche, so ist er doch von derselben Art und Gattung!«

   En efecto, otros pulpos aparecían a estribor. Conté siete. Hacían cortejo al Nautilus. Oíamos los ruidos que hacían sus picos sobre el casco. Estábamos servidos.

   Wirklich zeigten sich andere Thiere dieser Art vor dem Fenster. Ich zählte ihrer sieben. Sie gaben dem Nautilus das Geleit, und ich hörte, wie sie mit dem Schnabel am eisernen Schiffsrumpf kratzten. Also ein Geleite nach Wunsch.

   Continué mi trabajo. Los monstruos se mantenían a nuestro lado con tal obstinación que parecían inmóviles, hasta el punto de que hubiera podido calcarlos sobre el cristal. Nuestra marcha era, además, muy moderada.

   Ich setzte meine Arbeit fort. Die Ungethüme hielten sich so genau in unserem Wasser, daß sie unbeweglich schienen, und ich hätte sie am Fenster in Verkürzung abzeichnen können. Zudem fuhren wir langsamer.

   De repente, el Nautilus se detuvo, al tiempo que un choque estremecía toda su armazón.

   Plötzlich stand der Nautilus stille. Ein Stoß, und er zitterte in allen Fugen.

   -¿Hemos tocado? -pregunté.

   »Sind wir gestrandet? fragte ich.

   -Si, así es -respondió el canadiense-, ya nos hemos zafado porque flotamos.

   – Jedenfalls, erwiderte der Canadier, würden wir bereits wieder frei sein, denn wir sitzen nicht auf.«

   El Nautilus flotaba, pero no marchaba. Las paletas de su hélice no batían el agua. Un minuto después, el capitán Nemo y su segundo entraban en el salón.

   Der Nautilus war ohne Zweifel flott, fuhr aber nicht. Die Schraube war nicht in Thätigkeit. Nach einer Minute trat der Kapitän Nemo in Begleitung seines Lieutenants in den Salon.

   Hacía bastante tiempo que no le había visto. Sin hablarnos, sin vernos tal vez, se dirigió al cristal, miró a los pulpos y dijo unas palabras a su segundo.

   Ich hatte ihn seit einiger Zeit nicht gesehen; er sah verdrießlich aus. Ohne ein Wort zu reden, vielleicht ohne uns zu sehen, trat er an's Fenster, besah die Polypen, und sagte einige Worte zu seinem Lieutenant.

   Éste salió inmediatamente. Poco después, se taparon los cristales y el techo se iluminó.

   Dieser ging hinaus. Alsbald wurden die Läden geschlossen, der Salon von oben erleuchtet.

   Me dirigí al capitán, y le dije, con el tono desenfadado que usaría un aficionado ante el cristal de un acuario.

   Ich trat zum Kapitän.

   -Una curiosa colección de pulpos.

   »Eine merkwürdige Sammlung von Polypen, sagte ich zu ihm mit dem unbefangenen Tone eines Betrachters vor dem Fenster eines Aquariums.

   -En efecto, señor naturalista -me respondió-, y vamos a combatirlos cuerpo a cuerpo.

   – Es ist wahr, Herr Naturforscher, erwiderte er, und wir sind im Begriff, Mann gegen Mann ihnen zu Leibe zu gehen.«

   Creí no haber oído bien y miré al capitán.

   Ich blickte den Kapitän an; ich glaubte ihn nicht recht verstanden zu haben.

   -¿Cuerpo a cuerpo?

   »Mann gegen Mann? wiederholte ich.

   -Sí, señor. La hélice está parada. Creo que las mandíbulas córneas de uno de estos calamares han debido bloquear las aspas, y esto es lo que nos impide la marcha.

   – Ja, mein Herr, die Schraube steht stille. Ich glaube, daß der hornene Schnabel eines solchen Kalmars zwischen ihren Schaufeln steckt, so daß sie dadurch gehemmt ist.

   -¿Y qué va usted a hacer?

   – Und was wollen Sie thun?

   -Subir a la superficie y acabar con ellos.

   – Zur Oberfläche aufsteigen, und die ganze Brut vertilgen.

   -Empresa difícil.

   – Das ist schwierig.

   -Sí. Las balas eléctricas son impotentes contra sus carnes blandas, en las que no hallan suficiente resistencia para estallar. Pero los atacaremos a hachazos.

   – Allerdings. Die elektrischen Kugeln sind unwirksam gegen dieses weiche Fleisch und sie finden nicht Widerstand genug, um zu platzen. Aber wir greifen sie mit dem Beil an.

   -Y a arponazos, señor -dijo el canadiense-, si no rehúsa usted mi ayuda.

   – Und mit der Harpune, mein Herr, sagte der Canadier, wenn Sie meinen Beistand nicht abweisen.

   -La acepto, señor Land.

   – Ich nehme ihn an, Meister Land.

   -Les acompañaremos -dije, y siguiendo al capitán Nemo nos dirigimos a la escalera central.

   – Wir wollen Sie begleiten«, sagte ich, und wir gingen in Gesellschaft des Kapitäns Nemo zur Mittelstiege.

   Allí se hallaba ya una decena de hombres armados con hachas de abordaje y dispuestos al ataque. Conseil y yo tomamos dos hachas y Ned Land un arpón.

   Hier standen zehn Mann mit Enterbeilen bewaffnet zum Angriff bereit. Auch ich nebst Conseil ergriff ein Beil. Ned-Land nahm eine Harpune in die Hand.

   El Nautilus estaba ya en la superficie. Uno de los marinos, situado en uno de los últimos escalones, desatornillaba los pernos de la escotilla. Pero apenas había acabado la operación cuando la escotilla se elevó con gran violencia, evidentemente «succionada» por las ventosas de los tentáculos de un pulpo.

   Der Nautilus befand sich damals auf der Oberfläche des Wassers. Einer der Bootsleute stand auf den obersten Sprossen und schraubte die Zapfen des Deckels auf. Aber die Schrauben waren kaum los, als der Deckel mit äußerster Gewalt aufgehoben wurde, offenbar von einem Polypenarme mit seinen Schröpfköpfen.

   Inmediatamente, uno de estos largos tentáculos se introdujo como una serpiente por la abertura mientras otros veinte se agitaban por encima. De un hachazo, el capitán Nemo cortó el formidable tentáculo, que cayó por los peldaños retorciéndose.

   Alsbald glitt einer dieser langen Arme gleich einer Schlange durch die Oeffnung, und zwanzig andere ringelten sich oben. Der Kapitän Nemo hieb mit einem Beil den fürchterlichen Arm entzwei, der sich krümmend über die Treppenstufen rutschte.

   En el momento en que nos oprimíamos unos contra otros para subir a la plataforma, otros dos tentáculos cayeron sobre el marino colocado ante el capitán Nemo y se lo llevaron con una violencia irresistible.

   Im Moment, wo wir uns über einander drängten, um auf die Plateform zu kommen, senkten sich zwei andere Arme die Luft durchschneidend auf den vor dem Kapitän Nemo stehenden Mann herab, und hoben ihn mit unwiderstehlicher Gewalt in die Höhe.

   El capitán Nemo lanzó un grito y se lanzó hacia afuera, seguido de todos nosotros.

   Der Kapitän schrie laut auf und schwang sich hinaus. Wir stürzten hinter ihm nach.

   ¡Qué escena! El desgraciado, asido por el tentáculo y pegado a sus ventosas, se balanceaba al capricho de aquella enorme trompa, jadeaba sofocado, y gritaba «¡Socorro! ¡Socorro!». Esos gritos, pronunciados enfrancés, me causaron un profundo estupor. Tenía yo, pues, un compatriota a bordo, varios tal vez. Durante toda mi vida resonará en mí esa llamada desgarradora.

   Welche Scene! Der Unglückliche, von dem Fühlarm umschlungen und mit den Warzen festgehalten, wurde von dem enormen Rüssel nach Gelüsten in der Luft geschüttelt. Röchelnd, erstickend rief er um Hilfe. Dieser Angstruf in französischer Sprache setzte mich in tiefe Bestürzung. Also hatte ich einen Landsmann an Bord, mehrere vielleicht! Diesen herzzerreißenden Ruf werd' ich mein Lebtag hören!

   El desgraciado estaba perdido. ¿Quién podría arrancarle a ese poderoso abrazo? El capitán Nemo se precipitó, sin embargo, contra el pulpo, al que de un hachazo le cortó otro brazo. Su segundo luchaba con rabia contra otros monstruos que se encaramaban por los flancos del Nautilus. La tripulación se batía a hachazos. El canadiense, Conseil y yo hundíamos nuestras armas en las masas carnosas. Un fuerte olor de almizcle apestaba la atmósfera.

   Der Unglückliche war verloren. Wer vermochte ihn dieser erdrückenden Umschlingung zu entreißen? Inzwischen hatte sich der Kapitän Nemo auf das Ungethüm gestürzt und ihm noch einen Arm mit dem Beile abgehauen. Sein Lieutenant kämpfte wüthend gegen andere Ungeheuer an den Seiten des Nautilus. Die Bemannung kämpfte mit Beilen. Der Canadier, Conseil und ich hieben in die Fleischmassen ein. Ein starker Moschusgeruch durchdrang die Atmosphäre. Es war erschrecklich.

   Por un momento creí que el desgraciado que había sido enlazado por el pulpo podría ser arrancado a la poderosa succión de éste. Siete de sus ocho brazos habían sido ya cortados. Sólo le quedaba uno, el que blandiendo a la víctima como una pluma, se retorcía en el aire. Pero en el momento en que el capitán Nemo y su segundo se precipitaban hacia él, el animal lanzó una columna de un líquido negruzco, secretado por una bolsa alojada en su abdomen, y nos cegó. Cuando se disipó la nube de tinta, el calamar había desaparecido y con él mi infortunado compatriota.

   Einen Augenblick glaubte ich, der Unglückliche, von dem Ungeheuer umschlungene Mann werde dem gewaltigen Aussaugen entrissen werden. Sieben von den acht Armen waren abgehauen; ein einziger nur, der das Opfer schwang, wie eine Feder, krümmte sich noch in der Luft. Aber in dem Augenblick, da der Kapitän Nemo und sein Lieutenant sich auf ihn stürzten, strömte das Thier einen Strahl schwarzer Flüssigkeit, welche es in einem Beutel an seinem Unterleibe absonderte, uns entgegen. Wir wurden dadurch wie blind. Als diese Wolke sich zerstreute, war der Kalmar verschwunden sammt meinem unglücklichen Landsmanne!

   Una rabia incontenible nos azuzó entonces contra los monstruos, diez o doce de los cuales habían invadido la plataforma y los flancos del Nautilus. Rodábamos entremezclados en medio de aquellos haces de serpientes que azotaban la plataforma entre oleadas de sangre y de tinta negra. Se hubiera dicho que aquellos viscosos tentáculos renacían como las cabezas de la hidra. El arpón de Ned Land se hundía a cada golpe en los ojos glaucos de los calamares y los reventaba. Pero mi audaz compañero fue súbitamente derribado por los tentáculos de un monstruo al que no había podido evitar.

   Wie fielen wir nun wüthend über die Ungeheuer her! Geriethen außer uns: Zehn bis zwölf Polypen hatten die Plateform und die Seiten des Nautilus angefallen. Wir purzelten durch einander inmitten der verstümmelten Schlangen, die auf der Plateform in einer Lache von Blut und Tinte zappelten. Es schien, als wüchsen die klebrigen Fühlhörner wie die Köpfe der Hydra wieder auf. Ned-Land's Harpune tauchte bei jedem Stoß in die graugrünen Augen der Kalmar und bohrte sie aus. Aber plötzlich wurde mein kühner Genosse von den Armen eines Ungeheuers, welchen er nicht ausweichen konnte, zu Boden geworfen.

   No sé cómo no se me rompió el corazón de emoción y de horror. El formidable pico del calamar se abrió sobre Ned Land, dispuesto a cortarlo en dos. Yo me precipité en su ayuda, pero se me anticipó el capitán Nemo. El hacha de éste desapareció entre las dos enormes mandíbulas. Milagrosamente salvado, el canadiense se levantó y hundió completamente su arpón hasta el triple corazón del pulpo.

   Ach! mein Herz wollte brechen vor Rührung und Grausen! Schon öffnete sich der fürchterliche Schnabel des Thieres über Ned-Land, um den Unglücklichen zu zerreißen. Ich stürzte zu seinem Beistande herbei. Aber der Kapitän Nemo war mir schon zuvor gekommen. Sein Beil verschwand zwischen den enormen Kinnbacken, und der Canadier, wie durch ein Wunder gerettet, richtete sich auf und tauchte seine Harpune tief bis in's dreifache Herz des Polypen.

   -Me debía a mí mismo este desquite -dijo el capitán Nemo al canadiense.

   »Diese Revanche war ich mir schuldig!« sagte der Kapitän Nemo zu dem Canadier.

   Ned se inclinó, sin responderle.

   Ned verbeugte sich ohne Antwort.

   Un cuarto de hora había durado el combate. Vencidos, mutilados, mortalmente heridos, los monstruos desaparecieron bajo el agua.

   Dieser Kampf hatte eine Viertelstunde lang gedauert. Die Ungeheuer, überwältigt, verstümmelt, zu Tode getroffen, räumten uns endlich den Platz und verschwanden unter den Wellen.

   Rojo de sangre, inmóvil, cerca del fanal, el capitán Nemo miraba el mar que se había tragado a uno de sus compañeros, y gruesas lágrimas corrían de sus ojos.

   Der Kapitän Nemo, in Blut gebadet, unbeweglich neben dem Fanal, sah in's Meer hinaus, welches einen seiner Gefährten verschlungen hatte, und dicke Thränen quollen aus seinen Augen.

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